10/10/2025 | Press release | Distributed by Public on 10/10/2025 12:27
Patrick (24) y Daysi (19) crecieron en la Rivera Hernández, una de las zonas con mayores índices de violencia de San Pedro Sula. Desde pequeños, aprendieron a moverse con cautela entre la violencia y la estigmatización que pesa sobre su comunidad. "Desde niño, supe que tenía que encontrar una forma de protegerme", cuenta Patrick, quien hizo del arte un escudo contra el acercamiento de grupos criminales.
Daysi siempre soñó con transformar su entorno y destacó como líder en actividades de voluntariado. Sin embargo, cuando su familia comenzó a ser extorsionada, se vieron obligados a huir. Como muchos jóvenes desplazados forzosamente, enfrentó la incertidumbre de empezar de nuevo en un lugar donde las oportunidades escasean. "Perder mi hogar fue duro, pero lo peor fue sentir que, donde fuera, me veían solo como alguien de una colonia peligrosa", relata.
En los diseños gráficos que realiza para los clientes de la empresa, Daysi pone en práctica los conceptos de arte que aprendió como voluntaria en el programa de Arte Comunitario.
San Pedro Sula, en el departamento de Cortés, es la segunda ciudad más grande de Honduras y uno de los principales focos de violencia y desplazamiento forzado en el país centroamericano. Más del 60% de los desplazamientos forzados internos ocurren en este departamento. Su potencial económico atrae a muchas personas en busca de oportunidades, a pesar de los posibles riesgos y limitaciones de acceso a servicios que podrían encontrar.
La violencia es solo una de las muchas barreras que enfrentan los jóvenes como Patrick y Daysi, quienes además deben lidiar con la falta de acceso a educación, empleo y servicios básicos, así como con la estigmatización que limita sus oportunidades por vivir en barrios como la Rivera Hernández.