Longkotukun Dungu Lab: Neurociencia al servicio del territorio

El nuevo laboratorio, liderado por la académica del Campus Villarrica Dayna Moya, cuenta con un sistema de electroencefalografía único en el país, aportando a descentralizar la investigación a regiones y abrir nuevas posibilidades para la ciencia y la educación, fomentando la transdisciplina y la ineterculturalidad.

"Longkotukun Dungu Lab" es el nombre del primer laboratorio de neurociencia cognitiva del sur de Chile, que busca comprender cómo se relacionan el lenguaje, la cognición y el aprendizaje en contextos territoriales diversos. Su nombre -que en mapuzungun refiere a "lo que pasa en la cabeza con respecto al lenguaje"- sintetiza esta misión.

Bajo la dirección de Dayna Moya Sepúlveda, académica del Campus Villarrica, este laboratorio se concretó gracias a la adjudicación de un FONDEQUIP Mediano 2024, fondo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) que financia equipamiento científico y tecnológico de alto estándar.

La investigadora espera que el estudio de la neurolingüística del mapuzungun contribuya a su revitalización y al desarrollo de conocimiento situado. "Creemos que es sumamente importante colaborar con ese propósito en el territorio", afirma, y enfatiza en la urgencia de producir ciencia que dialogue con las comunidades que la inspiran.

El laboratorio también busca traducir sus hallazgos en beneficios concretos para docentes, estudiantes y comunidades educativas, al elaborar estrategias pedagógicas basadas en evidencia neurocientífica. Para la académica, "la idea es que estas investigaciones terminen en un producto", que se transforme en herramientas aplicables en el aula, refiriéndose a materiales, aprendizajes y prácticas que puedan ser transferidos a establecimientos educativos, tanto de la zona sur como de todo el país.

Este enfoque permitirá generar puentes entre la neurociencia cognitiva y la formación inicial docente, fortaleciendo la investigación desde una facultad orientada a la educación.

El nuevo laboratorio cuenta con equipamiento de primer nivel gracias a la adjudicación del fondo de ANID FONDEQUIPO Mediano 2024, siendo uno de los seis proyectos ganadores de la Universidad en esa oportunidad. Crédito fotográfico: Cristóbal Saavedra)

Colaboración transdisciplinaria

El nuevo laboratorio operará con un sistema de electroencefalografía de alta densidad de 256 electrodos, único en el país por sus características y nivel de precisión, lo que permitirá estudiar procesos cognitivos, emocionales y culturales en distintos contextos y con una amplia variedad de participantes gracias a su carácter poco invasivo.

Esta infraestructura abre la puerta a colaboraciones académicas con universidades del centro y del norte del país, interesadas en replicar estudios con poblaciones del sur. Como expresa la profesora, "es un laboratorio abierto a distintas disciplinas", y destaca el trabajo conjunto que ya se desarrolla con antropólogos, psicólogos, lingüistas y sociólogos dentro de la propia Universidad.

El proyecto apuesta por una interdisciplina activa, abriendo el laboratorio a estudiantes y académicos de diversas áreas, quienes podrán aportar nuevas miradas a los procesos de aprendizaje y al estudio de lenguas originarias. Dayna Moya destaca que este espacio está pensado para acoger ideas diversas, potenciando colaboraciones que enriquezcan la investigación.

La directora del Laboratorio Dayna Moya probando el sistema de electroencefalografía. (Crédito fotográfico: Cristóbal Saavedra)

"La idea es que se comuniquen, que estén interrelacionadas", afirma, refiriéndose a las múltiples disciplinas que confluirán en Villarrica. De esta manera, el laboratorio no solo generará conocimiento científico, sino que también fortalecerá redes formativas, culturales y comunitarias que impulsen la valoración del mapuzungun y del patrimonio lingüístico presente en la región.

El carácter intercultural y territorial del laboratorio también impulsa una transdisciplina viva, que incorpora a organizaciones locales y actores sociales del territorio. La investigadora enfatiza que las colaboraciones buscarán responder a necesidades concretas del sur del país, al fortalecer vínculos con instituciones que enfrentan desafíos similares.

"La idea es responder directamente a necesidades que salgan desde el mismo territorio", explica, subrayando que la neurociencia aplicada puede dialogar con áreas como diseño, música, lenguaje o primera infancia.

Inauguración en Campus Villarrica

El laboratorio "Longkotukun Dungu Lab" fue inaugurado en una ceremonia en el Campus Villarrica, el pasado jueves 23 de octubre, con la presencia de autoridades regionales, representantes de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado (VRIP), académicos y miembros de la comunidad educativa.

Inauguración del laboratorio "Longkotukun Dungu Lab" en el Campus Villarrica. (Fotografía Campus Villarrica)

Las instalaciones están ubicadas en la planta baja del edificio Monseñor Paul Wevering del Campus. El nuevo espacio marca un hito para la investigación desarrollada desde los territorios y con fuerte vínculo intercultural.
Pamela Fernández, directora ejecutiva de la VRIP, destacó: "es un gran hito que descentraliza la investigación y posiciona a la UC en el territorio, con un laboratorio de tecnología de punta en el sur".

La inauguración no solo celebró la puesta en marcha del laboratorio, sino también el compromiso por fortalecer la investigación interdisciplinaria e intercultural desde regiones, especialmente en torno al estudio y revitalización del mapuzungun.

Un hito para la zona sur de Chile

Dayna Moya es doctora en Neurociencia y Educación por Teachers College de la Universidad de Columbia (Nueva York) y educadora de párvulos formada en la UC. Investigadora del Núcleo Milenio para la Ciencia del Aprendizaje, ha construido una trayectoria que combina educación, neurociencia e interculturalidad, enfoque que ahora se proyecta desde Villarrica hacia nuevas fronteras de investigación.

El nuevo laboratorio representa un avance inédito para la descentralización del conocimiento científico, al poner tecnología de alto estándar -incluido un sistema de electroencefalografía único en Chile- al servicio de territorios donde este tipo de infraestructura no existía. Para la investigadora, esta instalación abre un horizonte completamente nuevo: "esperamos que tenga un impacto muy grande en nuestra localidad y en toda la macrozona centro sur". Su equipo proyecta colaboraciones con comunidades y universidades desde Concepción hasta Puerto Montt, ampliando capacidades que históricamente han estado concentradas en Santiago.

La ubicación del laboratorio en Villarrica -un territorio que no es capital regional- refuerza el valor de esta apuesta. La propia directora destaca que generar conocimiento situado es parte fundamental de su misión, especialmente en un territorio donde confluyen identidades, lenguas y prácticas culturales diversas. En sus palabras, "podemos aportar de manera significativa a esta diversidad de necesidades, siempre con una mirada intercultural". Esta perspectiva resulta clave para investigaciones que buscan, entre otros objetivos, contribuir a la revitalización del mapuzungun desde una aproximación interdisciplinaria entre lenguaje, neurociencia y aprendizaje.

"Esperamos que tenga un impacto muy grande en nuestra localidad y en toda la macrozona centro sur", dice Dayna Moya respecto de la contribución que se espera de este laboratorio de última generación en Campus Villarrica. (Crédito fotográfico: Cristóbal Saavedra)

El liderazgo de Dayna Moya adquiere aún más relevancia al considerar que, en el FONDEQUIP Mediano 2024, fue la única mujer seleccionada entre los equipos adjudicados de la universidad. Para ella, este logro es profundamente significativo en su carrera, no solo por la rigurosidad del proceso, sino también por lo que simboliza para futuras generaciones. "Fue una labor ardua y de mucho esfuerzo. Postulé muchas veces", afirma, poniendo en valor la importancia de la perseverancia y del acompañamiento académico que recibió durante el camino.

Este reconocimiento también se convierte en un mensaje directo para niñas, estudiantes e investigadoras, que buscan abrirse paso en áreas tradicionalmente masculinizadas. La académica sostiene que proyectos como este muestran que las mujeres pueden liderar iniciativas científicas de gran escala, integrando múltiples intereses y líneas de investigación. Desde el Campus Villarrica, su trabajo aspira a convertirse en un modelo que inspire a otras a explorar la interdisciplina y desafiar las barreras existentes. "Las mujeres lo pueden lograr; se hace más difícil, 100%, pero sí se puede. Para mí, este proyecto es cambiar el mundo en grande", concluye.