11/07/2025 | Press release | Archived content
Belém (Brasil)
INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ
Presidente, Excelencias.
El cambio climático mata, y por desgracia cada vez más. Lo sabemos bien en mi país, en España, donde más de 20.000 vidas en los últimos cinco años se han perdido como consecuencia de la emergencia climática.
Hace unos días se cumplió el primer aniversario de la terrible tormenta, de la terrible DANA que golpeó varias zonas de mi país, donde fueron 237 víctimas mortales, a las que hoy quiero dedicar mis primeras palabras.
Este verano también hemos vuelto a sentir el golpe de la naturaleza. Esta vez no fue el agua, sino el fuego. Olas de calor interminables alimentaron incendios que superaban toda capacidad de extinción. Las llamas, de nuevo, se llevaron vidas y arrasaron casi medio millón de hectáreas.
Sé que muchos otros líderes contarán historias parecidas, todas vinculadas con una realidad inapelable. Y es que la emergencia climática que sufrimos mata a nuestros conciudadanos. Y esto no es ideología, es ciencia.
Y, por tanto, hoy, Excelencias, no intentaré convencer a quienes aún niegan o relativizan el impacto del cambio climático. No hay evidencia empírica, por abrumadora que esta sea, capaz de hacer cambiar la opinión a quien ha elegido ponerse una venda en los ojos.
Hoy quiero dirigirme a quienes sí creen en la ciencia y tienen el coraje moral de dar la batalla. A quienes, en definitiva, no se rinden ni reculan por cálculo político o por miedo a ser devorado por fuerzas negacionistas.
A todos ellos quiero decirles que pueden contar con España. Y lo hacemos por convicción moral, porque nosotros sí honramos la palabra dada, pero sobre todo porque creemos en la transición verde como un motor de crecimiento y de transformación.
En estos siete años que tengo el honor de ser presidente del Gobierno de España, mi país ha aumentado en un 140% su capacidad instalada de energía solar y de energía eólica, y hemos multiplicado exponencialmente nuestra capacidad de autoconsumo.
Nuestra economía, por tanto, es una de las que más crece de toda la OCDE. Y, además, demostramos no solo que es posible crecer mientras se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que además demostramos que es la mejor manera de hacerlo factible.
Se trata, en definitiva, Excelencias, de afrontar el debate climático no desde el miedo, sino desde la esperanza, no apelando a los sacrificios y a las renuncias, sino a las oportunidades que brinda la economía verde. No desde una posición, por tanto, a la defensiva, sino pasando la ofensiva. Porque sabemos que nuestro modelo es mejor y que además funciona mejor.
Solo así podremos ganar el apoyo necesario para librar esta batalla contra un enemigo implacable, un enemigo, la emergencia climática, que no solamente mata, sino que también nos empobrece.
Entre el año 2020 y el año 2023, la emergencia climática se tradujo en 44.500 millones de euros anuales de pérdidas en la Unión Europea. Y algunas estimaciones cifran en hasta un tercio del Producto Interior Bruto global el coste de no actuar frente a la emergencia climática.
Excelencias, ni partimos de cero ni debemos, por tanto, resignarnos. El Acuerdo de París marca el camino. Los avances son innegables. Los escenarios más extremos se están descartando. Y a escala global, las energías renovables ya generaron más electricidad que las centrales térmicas de carbón durante la primera mitad del año 2025.
Es evidente que no basta, que no es suficiente, que hay que hacer mucho más y que podemos hacer mucho más.
El último informe sobre contribuciones determinadas a nivel nacional refleja la persistencia de una brecha enorme entre objetivos y realidades. Y España hará lo que esté en su mano para que Europa sigue liderando esta ambición.
Y lo demostramos estas semanas empujando para que finalmente la Unión Europea aprobara el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 90% para el año 2040 y en un, evidentemente, 100% en el año 2050 respecto a los niveles de 1990.
Además, nuestra palabra está refrendada por los hechos, porque España está cumpliendo. Cumplimos con el objetivo de financiación climática internacional, superando los 1.700 millones de euros en el año 2024.
Avanzamos en el incremento de la ayuda oficial al desarrollo y trabajamos para aumentar la financiación en la adaptación al cambio climático, y hemos logrado eliminar la financiación internacional con dinero público de proyectos de combustibles fósiles.
Y también estamos avanzando, junto a otros países, para gravar los vuelos de clase prémium y jets privados. Es lo justo que quien más tiene, más contamina, pague, por tanto, lo que le corresponde.
Este año, además, España reafirma su compromiso con el multilateralismo climático: 45 millones de euros entre el Fondo de Adaptación y el Fondo de Respuesta ante pérdidas y daños y la Facilidad de Financiación para Observaciones Sistemáticas de la Organización Meteorológica Mundial.
Por tanto, concluyo. El clima es mucho más que una estadística. Es el pan que falta cuando hay sequía o la casa que se pierde cuando llega la riada.
Si no tomamos acciones decididas para reducir drásticamente las emisiones, existe un riesgo real de que en la próxima década se rebasen los dos grados de aumento de temperatura, y todos sabemos las consecuencias tan devastadoras que tendrá para nuestros países.
Así que evitémoslo. El tiempo se nos agota. Actuemos juntos, en lugar de fallar por separado.
Nada más, y muchas gracias, señor Presidente.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)
(Intervención original en español)