La violencia sexual contra la infancia está enraizada y va en aumento en la República Democrática del Congo

KINSHASA/NUEVA YORK, 30 de diciembre de 2025 - La violencia sexual contra la infancia es endémica y sistémica, y se está intensificando en toda la República Democrática del Congo (RDC), según un nuevo informe de UNICEF publicado hoy. Si bien el conflicto sigue siendo un factor determinante, el informe revela que hay casos documentados en comunidades de todas las provincias, y que estos están aumentando alarmantemente desde 2022.

Según se desprende del informe, los datos recopilados por proveedores de servicios de protección y contra la violencia por razón de género a nivel nacional indican que, en los primeros nueve meses de 2025, se registraron 35.000 casos de violencia sexual contra la infancia, lo que demuestra que la crisis no hace más que agravarse. En 2024 se registraron cerca de 45.000 casos, lo que representa casi el 40% de todos los casos de violencia sexual contra la infancia denunciados, tres veces más que en 2022.

Estas cifras revelan un daño persistente y generalizado, y es probable que el número real de personas afectadas sea mucho más elevado debido a que muchas de ellas no llegan a denunciar ni a buscar ayuda a causa del miedo, el estigma, la inseguridad y el acceso limitado a los servicios pertinentes.

"Los trabajadores sociales describen cómo las madres caminan durante horas para llegar a las clínicas con sus hijas, que no pueden caminar tras haber sido agredidas. Las familias aseguran que el miedo al estigma y a las represalias las disuaden a la hora de denunciar el abuso", afirmó Catherine Russell, Directora Ejecutiva de UNICEF. "Historias como esta se repiten en todas las provincias, y destapan una crisis arraigada propiciada por la inseguridad, la desigualdad y la precariedad de los sistemas de apoyo".

Los distintos patrones que surgen en cada provincia revelan la naturaleza de la crisis. La mayoría de casos se concentran en Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri, donde la situación es extremadamente peligrosa debido al conflicto, el desplazamiento y unos sistemas de protección precarios. Sin embargo, también se registran cifras alarmantes en Kinshasa y Kasai, donde la pobreza, la inseguridad alimentaria y el abandono escolar aumentan el grado de exposición de las niñas a la explotación y el matrimonio precoz.

Las adolescentes siguen siendo las más afectadas a nivel nacional, y representan la proporción mayor de supervivientes, una cifra que sigue en aumento. Los niños varones también sufren violencia sexual, pero siguen estando insuficientemente representados en los casos denunciados. Los niños y niñas con discapacidad enfrentan mayores riesgos, ya que las barreras físicas, sociales y comunicativas aumentan su vulnerabilidad y restringen su acceso a servicios de atención y a la justicia.

Además de las conclusiones del informe, otros datos verificados por las Naciones Unidas arrojan luz sobre las tendencias en las regiones afectadas por conflictos. El número de casos registrados de violencia sexual contra la infancia ya era elevado en 2022 y 2023, y aumentó en 2024 casi en un 30%. Los datos preliminares de principios de 2025 sugieren que la situación sigue siendo muy grave, y es que los casos registrados en la primera mitad de año podrían representar más del 80% de todos los casos documentados el pasado año.

Los y las supervivientes a menudo enfrentan lesiones físicas, embarazos no deseados y un mayor riesgo de contraer VIH y otras infecciones de transmisión sexual, y pueden sufrir profundas secuelas emocionales, como miedo, ansiedad, depresión y rechazo social, incluida la exclusión de sus familias y sus comunidades. Pese a todo, el acceso a servicios de apoyo que les podrían salvar la vida sigue siendo limitado.

UNICEF, junto con el Gobierno y sus aliados, está trabajando para llegar a los niños y niñas a través de servicios centrados en los y las supervivientes, como atención clínica, apoyo psicosocial, espacios seguros y gestión de casos. Entre 2022 y 2024, el número de niños y niñas supervivientes asistidos por UNICEF aumentó en un 143%, hasta llegar a más de 24.200 niños y niñas de las provincias más afectadas en 2024.

No obstante, la inseguridad y los recortes en la financiación mundial han obligado a muchos espacios seguros, clínicas móviles y programas de protección comunitaria sufragados por UNICEF a reducir o suspender su actividad. En la primera mitad de 2025 solo se financió el 23% de las intervenciones en materia de violencia por razón de género, en comparación con el 48% en el mismo periodo de 2022. Esto ha expuesto a cientos de miles de niños y niñas, entre ellos 300.000 en regiones afectadas por conflictos al este del país, al peligro de perder el acceso a un apoyo esencial para su supervivencia.

UNICEF insta al Gobierno, a todas las partes en el conflicto, a la sociedad civil y a los aliados internacionales a comprometerse a:

• Poner fin y evitar todas las formas de violencia contra la infancia, especialmente en situaciones de conflicto, de conformidad con la legislación nacional y el derecho internacional.
• Ampliar los servicios de respuesta a casos de violencia por razón de género diseñados para satisfacer las necesidades específicas de los niños y niñas supervivientes, como espacios seguros, atención clínica y apoyo a la salud mental, y facilitar la derivación segura y confidencial de los y las supervivientes a los servicios pertinentes.
• Fortalecer la rendición de cuentas mediante el apoyo a las investigaciones, el enjuiciamiento de los perpetradores y la protección de supervivientes y testigos, y reforzar también la recopilación de datos y los sistemas de denuncia.
• Aumentar y sostener la inversión en la ampliación de servicios de protección y los esfuerzos de prevención a nivel comunitario.

"Para abordar esta crisis de violencia sexual es necesario responder inmediatamente y cumplir con el derecho internacional en situaciones de conflicto. Los perpetradores deben rendir cuentas, y las mujeres y los niños y niñas deben recibir protección y apoyo", añadió Russell.

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Notas para los editores:

Este informe reúne datos, análisis y testimonios de supervivientes relativos a la violencia sexual contra la infancia que antes estaban fragmentados, y establece prioridades para la acción. Sus conclusiones se basan en múltiples fuentes de datos complementarias y ofrecen el panorama más completo disponible actualmente. Además reflejan limitaciones ya conocidas a la hora de presentar denuncias y acceder a los servicios.