10/17/2025 | News release | Archived content
FRANJA DE GAZA, Territorio Palestino Ocupado - "Mi familia y yo hemos sido desplazados más de 18 veces", se quejó Riman la semana pasada, poco antes de que entrara en vigor el actual alto el fuego. "Estamos viviendo en un lugar que parece una tumba."
Riman y su familia habían huido a pie recientemente del norte de Gaza a Khan Younis con lo poco que podían llevar. Riman está embarazada y aterrorizada por dar a luz en las condiciones actuales y su cuerpo está debilitado por el hambre, el agotamiento y el miedo. El hambre es una presencia constante y se desmaya frecuentemente durante el día debido a la falta de alimentos.
Una crisis para las madres y las mujeres embarazadas
Se calcula que 55.000 mujeres embarazadas y lactantes padecen malnutrición aguda en Gaza, lo que provoca resultados catastróficos en el parto para las madres y los recién nacidos. Uno de cada tres embarazos es de alto riesgo y los recién nacidos prematuros y con bajo peso representan actualmente entre el 60 % y el 70 % del total, en comparación con el 20 % antes de octubre de 2023.
Después de dos años de conflicto incesante, el acceso a la atención de la salud materna es extremadamente limitado. El sistema de salud de Gaza está en ruinas: alrededor del 94 % de los hospitales están dañados o destruidos y alrededor de un tercio de los centros de salud han sido afectados.
"Cuesta 50 shekels [unos 15 dólares] llegar al Hospital Al-Aqsa. Ni siquiera tengo 5 shekels [1 dólar] en este momento. Apenas puedo cuidar a mis hijos", adelantó Riman al UNFPA, la agencia de las Naciones Unidas para la salud sexual y reproductiva.
Sin embargo, se aferra a la esperanza y su súplica es simple y universal: "Lo primero que necesitamos es seguridad. No queremos más derramamiento de sangre. Queremos estabilidad".
Nour reza para que el mundo sea un lugar mejor cuando nazca su hijo. © UNFPA/Hardy SkillsNour también está embarazada y desplazada, y es muy consciente del impacto que tiene el conflicto en su feto. "Sentía al bebé pateando y reaccionando con miedo al sonido de los bombardeos", reveló al UNFPA mientras se negociaba el alto el fuego.
Nour no ha podido acceder a atención prenatal, lo que agrava aún más su ansiedad por su salud y la de su bebé. A pesar de las abrumadoras dificultades, su esperanza para el futuro de su hijo sigue siendo una poderosa fuerza motriz: "Rezo para que cuando mi hijo venga al mundo, este sea un lugar mejor".
Niños nacidos en el conflicto
Iman y su familia fueron unas de las 450.000 personas que recientemente huyeron de la ciudad de Gaza cuando Israel intensificó su ofensiva militar. Su familia ha sido desplazada tantas veces que han perdido la cuenta. Recientemente dio a luz y, contra toda probabilidad, logró llegar a un hospital pero, después del parto, tuvo que caminar de regreso hasta la tienda de su familia.
Semanas después, su recién nacido y sus hijos han estado durmiendo en el suelo en la única manta de la familia e Iman vive con el miedo constante de que los perros callejeros los ataquen durante la noche. No hay agua limpia y los insectos y mosquitos los atacan.
Iman también lucha para mantener vivo a su recién nacido: "Cuando tenía dos semanas, se agotó la leche de fórmula y no había nada más con lo que alimentarlo. Estaba malnutrido… Me vi obligada a darle una galleta, a pesar de que sabía que era peligroso".
La súplica de Iman tiene su origen en el agotamiento: "Solo queremos descansar. Ya no queremos escuchar los sonidos de bombardeos y disparos. Queremos volver a casa."
Iman solo quiere descansar y volver a casa. © UNFPA/Hardy SkillsUna frágil esperanza y necesidades urgentes
El reciente acuerdo de alto el fuego ofrece un rayo de esperanza esperado y muy necesario para las mujeres palestinas. Sin embargo, aunque se haya puesto fin a los combates, no ha terminado la crisis. Después de dos años de sufrimiento incesante, las mujeres se han quedado sin nada: sin comida, sin agua, sin refugio, sin atención médica, sin tranquilidad.
El UNFPA está ampliando su respuesta en Gaza para mantener y restablecer los servicios vitales para mujeres y niñas, incluida la atención de la salud materna. En los días 12 y 13 de octubre, se entregaron equipo y suministros médicos que se necesitaban desesperadamente y que se encontraban preposicionados en la Franja de Gaza, incluidas camas para partos, máquinas de vigilancia fetal e incubadoras, a UKMed, al hospital kuwaití, al Comité Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, a los hospitales Al-Awda, Nasser, Al-Khair y al hospital de la Sociedad Palestina de la Media Luna Roja.
Hay más suministros vitales en camino para fortalecer y restablecer los servicios de salud reproductiva en toda Gaza.
Aun así, se acerca el invierno y no hay tiempo que perder. Esta no debe ser otra falsa promesa; el alto el fuego debe ser sostenido y respetado, se deben abrir todas las intersecciones y debe entrar en Gaza una masiva cantidad de ayuda.
Las singulares necesidades de las mujeres y las niñas deben ser fundamentales para la respuesta humanitaria inmediata y, a largo plazo, deben ser empoderadas y apoyadas para que sanen, prosperen y lideren la reconstrucción de sus comunidades.