Las enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculares, el cáncer y la diabetes, son la principal causa de enfermedad, discapacidad y muerte en Colombia. Los impuestos al consumo de tabaco, alcohol y bebidas azucaradas (impuestos sanitarios) son un instrumento de política fiscal efectivo en reducir los principales factores de riesgo de estas enfermedades. Al modificar los precios, estos impuestos disminuyen el consumo y, por lo tanto, la exposición de la población al tabaquismo, al humo de segunda mano, al consumo de alcohol y a dietas no saludables (World Bank, 2022). De esta manera, el objetivo de estos impuestos es reducir la mortalidad evitable atribuible a estos tres factores de riesgo, que en Colombia representa 33.608 muertes al año. Lamentablemente, el uso de esta herramienta sigue siendo bajo a nivel mundial y Colombia no es la excepción.
Para entender el potencial de estos impuestos en Colombia para mejorar la salud de la población y el espacio fiscal, el Banco Mundial, a través del Global Tax Program, realizó un análisis de los impuestos sanitarios en el país. Este análisis incluye un diagnóstico integral del diseño de los impuestos y de la institucionalidad que determina su gobernanza, la identificación de oportunidades de mejora y la evaluación de los resultados esperados si se implementan algunas de estas mejoras. Los resultados de este trabajo se publicaron en el informe del Banco Mundial "Impuestos sanitarios en Colombia: monitoreo, evaluación y oportunidades de mejora en gobernanza".
En monitoreo de los impuestos sanitarios, las principales conclusiones son:
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El esquema de monitoreo planteado tiene insumos necesarios para medir la efectividad de las medidas impositivas y contribuye procesos de rendición de cuentas sobre compromisos adquiridos por el Estado colombiano relacionados con la agenda para el desarrollo, el Convenio Marco para el Control del Tabaco (OMS, 2003) y el Plan de Acción Mundial sobre el Alcohol 2022-2030, entre otros.
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El país cuenta con buenas fuentes de información. No obstante, se requiere identificar mecanismos que logren hacer el monitoreo sostenible en el tiempo, y que aseguren su incorporación en los procesos de diseño y de toma de decisión sobre impuestos.
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Los resultados indican que el consumo de tabaco se ha reducido, con una reciente dinamización asociada con los sucedáneos (principalmente cigarrillos electrónicos). En alcohol resalta el crecimiento dinámico del consumo de cerveza. Por último, el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados ha ido en aumento, particularmente después de 2020. Estas tendencias son consistentes con el comportamiento de los precios y la asequibilidad. En particular llama la atención el aumento de asequibilidad de cerveza y la capacidad de la industria de bebidas azucaradas de absorber el impacto del impuesto, puesto que los precios no han aumentado.
En comercio ilícito de cigarrillos, los principales resultados son:
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El análisis de brechas, es decir, la estimación comercio ilícito a partir de la diferencia entre el tamaño de mercado estimado según las encuestas de consumo y el volumen de cigarrillos reportado en registros oficiales, sugiere que Colombia es un exportador neto de cigarrillos de contrabando, particularmente hacia Ecuador.
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La estimación de comercio ilícito usando una encuesta estadisticamente representativa de fumadores en Colombia sugiere que solo el 10% de los encuestados estaban fumando marcas de contrabando al momento de la encuesta. Al ajustar por intensidad y frecuencia de consumo auto-reportados, 21% de los cigarrillos son identificados como ilícitos.
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Hay diferencias muy grandes en estos resultados entre regiones: Bogotá, la ciudad con mayor número de fumadores, tiene la penetración de comercio ilícito más baja y Cúcuta se mantiene como la ciudad con penetración más alta y muy por encima del agregado de cinco ciudades.
En materia de gestión de los impuestos sanitarios y gobernanza, los principales resultados son:
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Es necesario el fortalecimiento de los espacios de coordinación intersectorial que ya están operando, de manera que estos grupos formulen y ejecuten sus propios planes de acción incorporando metas explícitas sobre impuestos, y se articulen con otros mecanismos de planeación.
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Es importante planificar un proceso de evaluación y transición de los mecanismos institucionales que actualmente soportan la gestión de los impuestos al tabaco y al alcohol a nivel subnacional, para fortalecer la capacidad de la administración tributaria y optimizar los recaudos.
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Una rendición de cuentas periódica, que involucre a todos los sectores relevantes de gobierno, sobre los avances y resultados de los impuestos sanitarios puede generar confianza pública y fortalecer el apoyo a estas medidas.
Finalmente, en evaluación del rediseño de impuestos a bebidas con alcohol, se encuentra que la principal oportunidad de mejora esta en simplificar el impuesto, unificándolo para todas las bebidas con alcohol y fortaleciendo el componente especifico, de manera que varie con el contenido de alcohol de los productos. Las estimaciones indican que este rediseño reducirá el consumo de alcohol en un 11%, previene aproximadamente 1,400 muertes anuales y aumenta los ingresos fiscales de 4.5 billones de COP a 7 billones de COP.
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